Competencias de Trabajadores

El desempleo es tal vez, el peor flagelo que puede experimentar un trabajador y su solución, uno de los desafíos más grandes para la Región, ya que pese a la positiva evolución de la actividad económica, reflejada en las altas tasas de incremento que ha venido experimentando el INACER, nuestra Región continúa siendo la de mayor desempleo en el País, registrando una tasa de 10% en el trimestre móvil junio agosto.

Lo anterior resulta del todo extraño si se considera el enorme potencial que tiene la Región, no sólo en el ámbito industrial y del comercio, actividad última que ha crecido 14,7% entre enero y agosto respecto de igual período del año anterior, sino que también en los sectores de la minería, portuario, agricultura y turismo entre otros.

Una de las razones que parecen estar explicando la asimetría que existe entre el empleo y la actividad económica, es la rápida evolución de las competencias laborales, sea por el vertiginoso avance de la tecnología o por el continuo desarrollo del conocimiento, que determina que las competencias con que se queda un trabajador que pierde el empleo, se vayan alejando cada vez más, de aquellas requeridas por los potenciales empleadores, transformando el problema, al principio coyuntural, en estructural.

En este contexto, el esfuerzo debiera centrarse en actualizar las competencias de los trabajadores, considerando no sólo aspectos técnicos, sino que también las competencias sociales, o también llamadas “blandas”, ya que en un mundo cada vez más especializado, el trabajo en equipo se hace más necesario, para lo cual es fundamental la capacidad para crear y mantener adecuadas relaciones interpersonales, rompiendo con el individualismo que inhibe la asociatividad.

Lo anterior requiere de una estrecha integración de los esfuerzos público y privado, así como de los ámbitos empresarial y académico, para la identificación de las competencias requeridas en los distintos sectores productivos, el establecimiento de brechas, y la organización de programas de capacitación y entrenamiento tendientes al cierre de estas, así como de adecuados mecanismos para que los trabajadores puedan acceder a ellos.

Al respecto, el SENCE ya ha comenzado a dar los primeros pasos, mediante un programa destinado a la certificación de competencias laborales.

Por otra parte, la globalización de las economías hace que la competencia existente en los mercados sea cada vez mayor, estrechando los márgenes y exigiendo mayores niveles de productividad.

Así, la mejora en la productividad aparece como otro elemento central para abordar la problemática del desempleo, la que permitirá a los trabajadores no sólo alcanzar y mantener un puesto laboral, sino que además, optar a mejores remuneraciones.

Evidentemente, lo descrito debe ser acompañado con la generación de nuevas plazas de trabajo, para lo cual resulta determinante la efectividad de la red de fomento al emprendimiento y sus respectivos programas apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas, que no solo tiendan a su creación, sino que además, las acompañen durante todo el proceso que implica su consolidación en el mercado, y un proceso formativo en los centros de enseñanza superior orientado al desarrollo de capacidades emprendedoras, vale decir, de profesionales con capacidad crítica y creativa para identificar problemas y discurrirles soluciones inteligentes, así como para asumir los riesgos que el emprendimiento conlleva.

En resumen, junto con crear condiciones propicias para un crecimiento sostenido que genere nuevos puestos de trabajo, el desafío pasa por el diseño de grandes políticas con grandes contenidos, tendientes a fomentar el emprendimiento, mejorar la productividad de aquellos sectores con menor productividad y dotar a los trabajadores de la capacidad para mantener permanentemente actualizadas sus competencias laborales, ocupando las plazas que el crecimiento económico genere.

Carlos Vidal Stuardo
Académico Escuela de Ingeniería Comercial
Universidad de Valparaíso



Opinión del profesor Carlos Vidal publicada en El Mercurio de Valparaíso. Sábado 30 de octubre, página 14.